Siempre me he considerado una gran amante de los animales, hasta que vi por casualidad un documental en 2016 sobre la industria que explota a los animales y me hizo replantear mis actos diarios. Dejé de comer carne y al cabo de un tiempo dejé el pescado. Y en 2018 pasé a una alimentación y estilo de vida 100% vegetal.
Para mí el veganismo con consciencia ha significado un punto de inflexión. Junto con las meditaciones diarias, tiempo para mi autoconocimiento y desarrollo espiritual, estoy llevando una vida que me representa, que me aporta mayor paz y felicidad. Y sigo caminando y aprendiendo.